Ya son tres, las semanas que hacen desde mi llegada a mexico.

Se extraña la tierra donde uno conoció a sus amigos, donde se tiene la seguridad del apoyo familiar, donde uno creó e inventó su presente, y su futuro, donde uno trabajó en su desarrollo personal,...
En fin, la tierra que uno conoce.

Yo siempre dije que no es de donde nace, ni tampoco de donde se hace, que las personas no tenemos raices, que yo no tengo patria, que pertenezco al mundo y que España, en mi caso, sólo es ese pedacito de tierra que me permitió crecer.


Hoy sé que ese pedacito que me tocó es maravilloso y que todo lo que dejé allí (por un tiempo) es aún mejor. Me dí cuenta de que aunque sólo sea un poquito, calé en el corazón de algunas personas tanto como ellas calaron en mí.
Y me dí cuenta de que no es tan fácil comenzar de nuevo, que no es sencillo separarse de lo que uno ama.

Finalmente me instalé, comparto casa con otras dos chicas de españa que ya conocía.
La facultad está a diez minutos andando y el centro a veinte en camión (o autobús en castellano).

Desde luego no dejo de pensar de dónde voy a sacar tiempo para conocer el pais, pues no sólo las clases, sino 330 horas he de cumplir de prácticas además de hacer el proyecto en cinco meses. Pero ¿saben? no me preocupa en absoluto, lo haré, como todos vamos haciendo lo que nos proponemos.

Así es el ser humano, sabiendolo o sin saberlo, se plantea metas y de a poquito las va cumpliendo, conscientes o incoscientes, al fin y al cabo, todos avanzamos y logramos lo que nos habíamos propuesto en algún momento de nuestro pasado.

Ahora, para que puedan entrar en situación, les voy a contar un poco de las sensaciones que emana este lugar.

El sol es intenso, aunque no demasiado fuerte, incita a la actividad, aunque dura muy poco. El clima es a veces frío y a veces caluroso. Dicen que en un mismo día pueden producirse las cuatro estaciones a momentos, ¿se lo imaginan? nunca se sabe cómo vestirse para salir :)

El olor es más campestre, es decir, no huele a rosas, ni a mar, no huele humedad, no huele a humo de fábrica, ni tampoco demasiado a contaminación, aunque cuesta un poco respirar, (dicen que eso es por la altura), sino que más bien huele a Tierra.

A menudo, si paseas por el centro en especial, pero en cualquier parte de menos seguido, puedes percibir olores a carne de rex (o de ternera), a elote (o maiz asado), y a frituras varias...
La comida es bien grasienta y la carne es muy pero que muy ingerida por ellos, desayunan, almuerzan y cenan carne. De este tema podré hablar un poco mejor más adelante, pues en breve comienzo la colaboración en una investigación sobre obesidad escolar.

El color es suave, pero variado. Las casas están pintadas cada una de un color pastel: morados, cremas, amarillos, verdes, azules, rosas, pistachos,... y algunas hasta en colores fosforitos, pero las menos.

Se oye como una ciudad poco silenciosa, pues hasta en los autobuses se puede escuchar música contínuamente. Es más este es un aspecto realmente interesante ya que estos están decorados al antojo del conductor, la música puede estar en cualquier tono y ser de cualquier estilo (normalmente rancheritas, boleros, otras de amor o requetón) y es posible que los encuentres incluso con neones.
En el lugar donde vivo se escucha el tren muy a menudo y también la "canción" comunicativa de los perros que merodean en conjunto de una azotea a otra como si de una comunidad de gatos perrunos se tratase.

En el centro de la ciudad se oyen los mariachis, algunos artistas que se ganan la vida haciendo teatro o baile de calle, las músicas de las tiendas o de los restaurantes, los vendedores de las esquinas anunciando sus productos:

"Ricos elotes a cinco pesos,"

"Oas más ricas tortas de todo el estado de mexico, pasen señoritas"

"Voleados a diez pesos, limpie sus zapatos sólo por diez"

...

O ahora en estos días, también a los que promulgan unas palaras en favor a su partido electoral o su sindicato obrero.

La montaña rodea la ciudad y de vez en cuando al mirarla parece estar en un cuento. De hecho la universidad (aunque no mi facultad) se encuentra en lo alto de un montecillo.

Pero esto es aquí, en Toluca. Allí en Xilitla, un pueblo de San Luis Potosi, es muy distinto. Es un lugar tropical, un pueblo pequeño, lleno de palmeras, donde están los mangos más ricos del mundo, con unas cataratas preciosas, y una vegetación realmente rica. Allí se encuentra el castillo de James, bueno, o su casa de campo que, según él decía, podía volar, y realmente así lo era. Pero de este lugar ya tendré tiempo en otro momento..

Po hoy sólo mando un abrazo a tod@s aquellos que leen mis ensayos de escritura o más bien, mis comunicados y les doy las gracias por estar ahí.

Un beso especial para tí, Clara y para tí Nazareth, que seguis a mi lado.

(Para acabar y en paréntesis, quiero pedir por favor que no se ofendan aquellas personas que defienden la igualdad entre ambos sexos porque no use "los/las", pues sencillamente hablo desde el adjetivo "humano" y está descrito como "el" (ejemplo: uno no es de donde nace). Soy mujer y desde luego defiendo la igualdad, pero pienso que las palabras no son más que letras conjugadas para dar forma a una idea, que puede entenderse de cualquier modo y para mí, es innecesario gastar energías en escribir una "a" junto a una "o", si vienen a dar el mismo sentido.)